Yo, Richard Casey mejor conocido como el Increíble Chico Agonizante...(Reseña)

Título: Alguien allá arriba te odia

Saga: Libro único

Autor: Hollis Seamon

Editorial: Seix Barral/Planeta

*Gracias a Editorial Planeta por el libro*

Sinopsis:

¿Qué hago yo, Richard Casey, en un pabellón de enfermos terminales? Todo es culpa del síndrome AAATO (Alguien Allá Arriba Te Odia). Supongo que ser el Increíble Chico Agonizante a mis diecisiete años es parte del gran plan que preparó Alguien Allá Arriba.
Pero espera: todavía no muero. O sea, mi deber consiste en mantener la vida con chispa. Así que dedico mi tiempo a asustar a los visitantes del pabellón, irme de farra con el tío Phil y jugar cartas. Por su parte, Sylvie —la hermosa quinceañera de la habitación 302— está en la misma onda, aunque ella tiene un plan verdaderamente extraordinario. Hey, somos chicos; no somos prisioneros en este hospital.
En medio de médicos, mamás tristes, papás iracundos, familiares excéntricos, enfermeros geniales y hasta una «arpía», estamos Sylvie y yo. Un chico y una chica. Y queremos seguir vivos a nuestro modo, bajo nuestras propias reglas, el tiempo que nos quede.

Richard es un adolescente de 17 años que ha pasado la mitad de su vida en hospitales, todo gracias al síndrome AAATO. 

Pero no importa cuánto haya tenido que sufrir él y su cuerpo, él está decidido q vivir al máximo (o dentro de los límites del hospital) los pocos o muchos días que le quedan de vida, después de todo, al ser un adolescente con los días contados debe de tener privilegios, ¿no?

Y Richard no esta solo en estas aventuras, pues esta Sylvie, una bonita (o anteriormente bonita) quinceañera que está decidida a dejar de ser virgen sin importar lo que pase.

Al igual que todo el mundo, apenas leí la sinopsis de este libro se me vino a la mente “Bajo la misma estrella”, pero además de los adolescentes con cáncer,  NO TIENEN NADA QUE VER el uno con el otro.

En este libro nuestro narrador es Richard, un adolescente que esta resentido con el gran jefe de arriba por tenerlo atado al hospital y a una silla de ruedas.

Y como todo adolescente, el Rey Ricardo tiene muy presente una cosa, el sexo. Puede que el chico se esté muriendo pero su libido aun esta vivito. Lo mismo que su sarcasmo ante todo lo que le pasa en la vida. 

Como personaje, Richard me ha gustado bastante pues como ya dije es un adolescente y no puede dejar de ser sarcástico, necio, bruto y cachondo xD

Y como narrador es excelente pues no deja que la historia se haga tediosa ni lenta. Además que de que logra hacernos reír hasta en las situaciones más lamentables.

¿Saben? Pienso que es un diagnostico bastante bueno ¿no creen? Para mí, para Sylvie y para cualquiera de nuestra edad que termine aquí o en lugares similares, después de lo que en nuestros obituarios pronto se describirán como “una valiente batalla contra la/el… (llene el espacio en blanco)”
Porque, ¿de qué otra manera explicarían lo que nos pasa? El síndrome de AAATO es la única maldita respuesta lógica. 

El gran problema para Richard (además de su inexistente vida sexual) es que es un adolescente atrapado en un pabellón para adultos. Todo lo que le rodea está diseñado para el disfrute de los últimos días de personas mayores y no hay nada que un adolescente de su edad pueda disfrutar (ni porno en la sala de estar, POR DIOS xD) 

Así que Richard va a buscar como disfrutar él solito, aunque su débil cuerpo no logre hacer mucho.

Y además de la historia de Richard, conocemos a todos los habitantes del pabellón. Esta la señora

en coma, los dos ancianos y Sylvie, quien a la edad de 15 años ha caído en las garras del cáncer pero del cual está decidida a salir.

Tengo que decir que Sylvia es un gran personaje con una personalidad bastante ruda. Casi tan ruda como su padre el dragón.

No se preocupen por mí. Todo estará bien. Diablos, la verdad es que, por cualquier lado que lo vean, tanto Sylvie como yo estaremos bien. Lo Juro.
Y, bueno, en realidad es todo lo que tengo que decir.
Cambio y fuera.

Y a pesar de que el libro está lleno de momentos tristes la autora ha sabido llevarlos muy bien, tanto que al final es imposible no sonreír con la historia de Richard.

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