Mitad humano, mitad dios... (Reseña)

Título: El ladrón del rayo

Saga: Percy Jackson (1/5)

Autor: Rick Riordan

Editorial: Salamandra/Océano

*Gracias a Editorial Océano por el libro*

Sinopsis:

¿Qué pasaría si un día descubrieras que, en realidad, eres hijo de un dios griego que debe cumplir una misión secreta? Pues eso es lo que le sucede a Percy Jackson, que a partir de ese momento se dispone a vivir los acontecimientos más emocionantes de su vida.
Expulsado de seis colegios, Percy padece dislexia y dificultades para concentrarse, o al menos ésa es la versión oficial. Objeto de burlas por inventarse historias fantásticas, ni siquiera él mismo acaba de creérselas hasta el día que los dioses del Olimpo le revelan la verdad: Percy es nada menos que un semidiós, es decir, el hijo de un dios y una mortal. Y como tal ha de descubrir quién ha robado el rayo de Zeus y así evitar que estalle una guerra entre los dioses. Para cumplir la misión contará con la ayuda de sus amigos Grover, un joven sátiro, y Annabeth, hija de Atenea.

Antes que nada debo pedir una disculpa a los dioses del Olimpo por haber huido años y años de este libro, pero es que yo pensaba que iba a encontrarme una historia muy infantil. 

Sip, merezco ir al Tártaro por mi error. 

La mitología griega es por mucho mi mitología favorita. De verdad que puedo pasar horas y horas leyendo o viendo programas que hablen del tema (de hecho hace un par de año mi hermano me regalo una enciclopedia que hablaba de todos los dioses primarios y menores y fui lo suficientemente nerd como para aprenderme varios mitos xD) y voy a emocionarme como loca. 

Me gusta tanto la mitología griega que la mayoría de mis perros tienen algún nombre relacionado con ella, Eris, Atenea, Ares y en la actualidad el sensual Tánatos. Pero bueno, creo que ya deje muy en claro el punto. 

Les cuento todo esto para que entiendan él porque no quería leer el libro, pensaba que al ser un libro infantil todos aquellos relatos que he amado por años iban a perder mucho de ellos para acoplarse a una historia de niños. Pero gracias a los dioses del Olimpo eso no ocurre y aunque el protagonista del libro tiene 12 años, la historia dista mucho de ser un simple libro infantil. 

Me encantaría contarles que tuve una profunda revelación durante mi caída, que acepté mi propia mortalidad, que me reí en la cara de la muerte, etcétera.
Pero mi único pensamiento era: ¡Aaaaaaaaahhhhh! 

Lo que más ame del libro, fue la habilidad de Riordan para mezclar lo cotidiano con lo mitológico. De verdad que disfrute mucho este giro contemporáneo que el autor les ido a los dioses y a los mitos. Además las bases que logro para explicar porque los dioses dejaron Grecia para habitar en Estados Unidos, me parecieron increíblemente bien planteadas. 

-Bueno, Percy -murmuró Grover-, ¿qué hemos aprendido hoy?
-¿Qué los perros de tres cabezas prefieren pelotas rojas de goma a los palos?
-No -contestó Grover-. Hemos aprendido que tus planes son perros, ¡perros de verdad! 

Sobre los personajes, tanto los principales como los secundarios me gustaron mucho pues son una variopinta mezcla de personalidades. Pero obviamente mi favorito fue Percy, quien para sus 12 años resultó ser un personaje decidido, valiente, perspicaz y con un sentido del humor un tanto peculiar. 

Creo que al único personaje que odie fue a Clarisse, hija del dios de la guerra. Pero no porque fuera un mal personaje, sino al contrario, porque el autor logro hacer un personaje realmente insufrible que

me recordó a los matones que todo el mundo puede encontrar en el colegio. 

Una de las primeras cosas que aprendes en el Campamento Mestizo es a no ensuciar. De lo contrario, las ninfas y las náyades te lo hacen pagar: cualquier día te metes en tu cama y te la encuentras llena de ciempiés y de barro. 

Otro punto a favor en la historia es el lenguaje sencillo que el autor maneja, el cual hace que el libro prácticamente se lea solo.