Reseña: Cómo seducir a un duque

Título: Cómo seducir a un duque

Autor: Kathryn Caskie
Editorial: Titania/Urano

Sinopsis:
Tras la muerte de su tutor, las tres hermanas Royle se dirigen hacia Londres dispuestas a descubrir el enigma de sus progenitores y a encontrar un esposo acorde con su linaje. Porque, a pesar de parecer sencillas campesinas, estas bellas jóvenes albergan un secreto que puede cambiar el futuro del trono de Inglaterra. Con el inicio de la temporada social londinense, Mary, la mayor de las tres, empieza la conquista del vizconde lord Wetherly, un apuesto galán al que ha amado platónicamente desde su llegada a la capital y al que por fin tendrá oportunidad de conocer. Sin embargo, el hermano del vizconde, conocido como el Duque Negro por su reputación de canalla con las mujeres, distingue a las cazafortunas al primer vistazo y no va a permitir que su hermano caiga en la trampa tejida por una cándida joven de provincias, aunque sea tan hermosa y seductora como Mary.

¿Por qué lo recomiendo?

Tras la muerte de su padre, que trabajó como médico al servicio del príncipe regente galés, las trillizas Royle abandonan su humilde hogar en Cornualles y se dirigen a Londres dispuestas a encontrar marido. Aunque en apariencia son tres muchachas jóvenes, sencillas y humildes, la realidad es que podrían ser de sangre real. O eso especulan a raíz de descubrir entre las pertenencias de su padre -el hombre que los crió como tal- algunos señas que apuntan en esa dirección.

A diferencia de sus hermanas Elizabeth y Anne, que creen a pies juntillas esa idea, Mary no tiene la intención de perder el tiempo en ayudarlas a investigar. En su lugar prefiere concentrarse en conseguir un buen marido. Con el inicio de la temporada espera contar con la oportunidad de conquistar al apuesto vizconde Quinn Wetherly, un gallardo héroe de guerra en quién ha puesto sus ojos desde que llegaron a Londres. Sin embargo, la aparición en escena de Rogan, el hermano mayor de Quinn, al que apodan el duque negro resulta un escollo inesperado y una piedra molesta en su camino.
Rogan Wetherly, apodado el Duque Negro, desconfía de todo lo que lleve faldas.
Cree que todas y cada una de las mujeres son unas brujas avariciosas, que solo esperan de la vida, engañar algún tipo insulso, mediante diversas artimañitas para llevarlo ante el altar y atarlo para siempre.
Y ahora que su hermano está a punto de caer en la trampa tejida por una de esas brujas cazafortunas, lo que tiene que hacer es estar ojo avizor, para avisarle y detenerlo cuanto antes mejor.


Una vez más Caskie nos vuelve a sorprender con una historia amena y divertida sin demasiadas complejidades. Como ya dije en la reseña de “Las normas de la pasión”, la autora no nos empalaga con una historia toda melosa. Los protagonistas se odian tanto en un principio, que se empotran en un juego de poder que resulta bastante entretenido.

Quizás lean la sinopsis y pensaran que la historia no dista demasiado de tantas otras que hemos leído y lo cierto es que si hay varias similitudes en esta historia, pero la diferencia es, que este libro contamos con el humor y con personajes bastantes sorprendentes, como los miembros del club de ancianos libertinos, la menuda Lady Upperton, el variopinto personal contratado al servicio de las hermanas Royle. Son personajes secundarios pero aun así se te quedan grabados por su peculiar forma de ser.

Calificación:

*Gracias a la Ediciones Urano por el libro*