Título: InuYasha
Título original: Sengoku Otogizōshi InuYasha
Autora: Rumiko Takahashi
Tomo: 12 de 30 (Reseñas de los tomos anteriores)
Publicación: Mensual
Editorial: Panini Manga
Precio: $129.00
Género: Acción, aventura
Demografía: Shōnen
Un repugnante trozo de carne aparece en el camino de unos ladrones. para su desgracia. Cuando el olor de Naraku guía al grupo de Inuyasha hasta donde los maleantes están ya es demasiado tarde, pues lo que encuentran es solo un montón de cadáveres a los que les han arrancado el rostro. Musou es el hermano menor de Kagura, una nueva "expansión" de Naraku, que ignora todo de sí y de su "creador", pero que poco a poco recuerda a Kikyo. Esta vez, ¡parece que Inuyasha y los suyos deberán enfrentar al mismísimo Onigumo!
Naraku descubrió que aunque su cuerpo ya no es humano dentro de él aún sigue vivo el corazón del ladrón Onigumo y mientras ese corazón siga latiendo él será incapaz de matar a Kikyo, es por ello que se esfuerza por deshacerse de esa pequeñísima parte humana que aún habita en él.
InuYasha por su parte emprende un viaje para derrotar a un ser capaz de creer los campos de fuerza más fuertes del mundo, de esta forma su Tessaiga aprenderá a romper estos escudos y al fin podrá dar con el paradero de Naraku, pero al llegar a su destino descubrirá que ese ser es un hanyo como él y aunque no lo pretenda, sus propios recuerdos se interponen en su tarea.
Ser hanyo no significa que seas inferior a los yokai, ni que seas inferior a los humanos.
En este décimo segundo tomo comienza con Kagura descubriendo el secreto de InuYasha, es decir que ve lo ve en su forma humana. Pero para sorpresa de todos no le dice el secreto a Naraku, sino que lo guarda para ella y es que recordemos que en los tomos pasados descubrimos que ella pese a ser un ser creado del cuerpo de Naraku ella busca ser independiente de él, así que supongo que tarde o temprano unirá fuerzas con InuYasha. Además de eso averiguamos que Naruko al ser también un hanyo pierde sus poderes una vez al mes, pero él a diferencia de InuYasha pude elegir qué noche pierde su forma pero lo peor de todo es que cada vez que lo hace su cuerpo de transforma para perder lo que no le sirve y al recomponerse tiene un cuerpo más perfecto que antes.
Es así como Naraku da con la forma de deshacerse de Onigumo. Al comienzo este ser comienza siendo una bola de carne viscosa y asquerosa pero poco a poco irá tomando forma y al recordar su pasado no duda ni un segundo en salir a cazar a InuYasha por hacerle perder a Kikyo pero cuando InuYasha está peleando con él descubre que si Onigumo sufre daño este también es absorbido por Naruko, así que este no duda en volver absorber al bandido en su cuerpo. Es decir que Naruko por fin comprendió que él y Onigumo están ligados de por vida, o al menos esta que tenga la shikon no tama completa.
Al ver que este plan fracasa, Naruko idea otro para poner a Sesshomaru en contra de InuYasha. Es por ello que ordena a Kohaku que secuestre a Rin, pues sabe que Sesshomaru no dejará pasar esto, por eso InuYasha y compañía tendrá que darse prisa y encontrar a Kohaku antes de que Sesshomaru lo mate por lo que hizo.
Aquí quiero destacar dos cosas, la primera es que pese a que Kohaku es manipulado por Naruko y el fragmento de la shikon no tama que lo mantiene con vida, el chico pone resistencia a las órdenes del Yokai y eso me da esperanzas de que no todo esté perdido para él.
Y lo segundo es que amo, amo, amo de una manera loca la relación de Sesshomaru con Rin. Vale, sí que capto que es un poco raro que el Yokai esté viajando con una niña tan pequeña (de hecho hasta los personajes hacen mención de esta extraña unión), pero es algo que me emociona mucho pues recordemos que para él los humanos son peor que escoria y ahora por una extraña razón no puede vivir sin esta pequeña niña que lo cuido cuando más lo necesitaba. Y nada, quiero saber más de ellos.
Le tengo ganas a este manga, es el favorito de mucha gente ♥
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