Prometo estar ahí para los libros, porque sé que siempre estarían ahí para mí... (Reseña)

Título: Los libros que leímos juntos

Saga: Libro único 

Autor: Alice Ozma

Editorial: Planeta

*Gracias a Editorial Planeta por el libro*

Sinopsis:

Cuando Alice tenía nueve años, ella y su padre prometieron leer juntos durante cien noches consecutivas, cuando llegaron a la meta, siguieron con su rutina de lectura, a esto le llamaron La Promesa. Por más de 3000 días leyeron. Esta autobiografía no sólo habla de literatura, sino que narra también la relación con su padre entrelazando episodios cómicos que nos muestran cómo la literatura une vidas.

Los libros que leímos juntos nos cuenta la historia biográfica de Alice Ozma, quien junto a si padre hicieron La promesa de leer todo el tiempo que pudieran. Su lista de libros va desde libros infantiles hasta clásicos que ayudarán a Alice a lo largo de su vida.

Lo único que tenía que ser igual una noche a la otra es el acto de dar vuelta a las páginas. Todo lo demás cambia en cuanto escogíamos un nuevo libro y nos hundíamos en un nuevo paisaje, con caras que no nos eran familiares.

La de vida de Alice no es precisamente feliz, pues ella tiene una hermana que prefiere viajar por el mundo, una madre con instintos suicidas que abandonó su casa y un padre despistado que a veces parece que se preocupa más por sus libros que por su propia hija. 

La verdad es que la historia personal de Alice no terminó de convencerme del todo pero su vida como lectora me fascino al completo. No pude evitar sentirme identificada con los momentos que Alice vivió con sus libros y juro por los dioses del Olimpo que me emocionaba tanto o más que ella. 

Más que sostener, tocar, oler y abrazar nuevos libros, la mejor parte es llevarlos a casa y leerlos en tu propia cama, bajo tus cobijas, con tu lámpara junto a ti, hasta que alguien te grita que la apagues y te duermas.

Ver el viaje de Alice y su padre en el mundo de la literatura y el lazo literario que se creó entre ellos me hizo desear tener a alguien con quien compartir mi amor por los libros (gracias a los dioses que están ustedes sino mi padre terminaría corriéndome de la casa por hablar de libros todo el tiempo).

Prometo reír a carcajadas, sobre todo en público, cuando el capítulo me divierta, y llorar sin control en mi cama durante horas cuando muera mi personaje favorito.

Y aunque el padre de Alice no es santo de mi devoción (el hombre es un caos de persona), debo confesar que admiro su lucha por salvar a los libros, ya que al final del libro Alice nos cuenta como la tecnología alcanzó a la librería de su padre y se le prohíbe leer más a los niños, pero en lugar de dejarse vencer él comienza una lucha para que los libros sean regresados a sus estanterías que y los niños puedan seguir disfrutando de ellos. 

En esta época donde los niños prefieren los videojuegos antes que un libro, me llena de orgullo saber que aún queda gente en el mundo que se preocupa por atraer al mundo de los libros.