No pienses, ni juzgues. Solo escucha... (Reseña)

Título: Sólo escucha

Saga: Libro único
Autor: Sarah Dessen

Editorial: Gran Travesía/Océano
*Gracias a Editorial Océano por el libro*

Sinopsis:

Annabel Green es la chica que lo tiene todo. Al menos ese es el papel que interpretaba en el anuncio de unos grandes almacenes. Pero en este nuevo curso, es la chica que no tiene nada: ni mejor amiga, porque Sophie no quiere saber nada de ella; ni paz en casa, ya que los trastornos alimenticios de su hermana mediana mantienen en vilo a toda la familia; ni nadie con quien sentarse a comer en el colegio. Hasta que conoce a Owen Armstrong: intenso, obsesionado con la música y decidido a decir siempre la verdad, sin importarle las consecuencias. Con la ayuda de Owen, quizá Annabel encuentre el valor de afrontar lo que de verdad ocurrió la noche en que Sophie y ella dejaron de ser amigas.

Este es el segundo libro que me leo de la autora y si bien el primero me gusto, este es sin duda mi favorito.

Resultaba extraño que Owen Armstrong pudiera parecer más inofensivo que las únicas

dos mejores amigas que había tenido. Pero estaba empezando a darme cuenta de que lo desconocido no es siempre lo más temible. La gente que mejor te conoce puede suponer un peligro mayor, porque las palabras que dicen y las cosas que piensan tienen el riesgo no solo de dar miedo, sino también de ser verdad.

Nuestra protagonista es Annabel, una chica normal que según por donde se mire tiene la vida perfecta. Pero si algo nos enseña este libro, es que jamás nada es lo que parece y que detrás de una fachada perfecta siempre hay alguien con grietas.

Una vez que nos vamos adentrando en la vida de Annabel, descubrimos que dista mucho de ser perfecta. En su casa todo es un caos. Su mamá ha sufrido depresión y carga sobre Annabel su frágil normalidad obligándola hacer algo que ella no quiere. Sus hermanas hace meses que no se hablan y una de ella sufre de problemas alimenticios. Y en la escuela no le va mejor, pues ha perdido a la que creía su mejor amiga y ha pasado hacer una marginada. Todo esto le impide a Annabel contar lo que de verdad paso aquella noche en una fiesta, donde todo mundo la empezó a ver con otros ojos. 

Annabel como personaje y narradora me ha encantado. Ella es una adolescente con miedo abrirse a los demás. Así que como lectores tenemos que ir descubriendo poco a poco todas sus facetas. Ella al igual que todo adolescente comete errores, pero lo que más me ha gustado de ella es que no vive eternamente con esos errores pues aunque le cueste un poco, ella va ir evolucionando y sabrá reconocer esos fallos.

La música es una constante absoluta. Por eso tenemos una conexión tan visceral con ella. ¿Sabes? Porque una canción puede llevarte instantáneamente a un momento o un lugar, o incluso a una persona. No importa si todo lo demás ha cambiado en ti o en el mundo, esa canción sigue siendo la misma, justo como en aquel momento. Lo que es alucinante, si te paras a pensarlo.

No solo Annabel me ha encantado, pues también esta Owen el chico “bravucón” al cual, al igual que a nuestra protagonista tenemos que ir conociendo poco a poco pues al principio todo lo que sabemos de él es que golpeo en la cara a un chico sin ningún motivo y que fue arrestado por una pelea en un bar. 

Pero Owen es mucho más profundo que eso y su forma de ver la vida me ha atrapado completamente al igual que su obsesión por la música. Admito que jamás he conocido o leído sobre algún personaje con esa forma tan peculiar de vivir la música.

Además, tengo que mencionar que Owen JAMAS dice una mentira. Si Annabel le pregunta algo, el response siendo 100% sincero, por lo cual, la dinámica entre él y Annabel que prefiere callar me resulto tan atrapante. 

Shhh, Annabel, sólo soy yo

Sobre el gran secreto de Annabel, debo de confesar que lo descubrí desde el primer capítulo. Si la autora pretendía ser misteriosa, conmigo no lo logro. Pero aun así tenía muchas ganas de leer el secreto con las palabras de Annabel y si bien la sorpresa se perdió, disfrute bastante ver el desenlace.

Owen bajó el volumen y la estática empezó a retroceder. Hay un momento en la vida en el que el mundo se calla y lo único que queda es tu propio corazón. Así que más vale que aprendas cómo suena. Si no, nunca entenderás lo que está diciendo.
-¿Annabel? –dijo Owen. Ahora hablaba más bajo. Estaba más cerca. Parecía preocupado-. ¿Qué te pasa?
Ya me había dado tanto… pero ahora me incliné hacia él y le pedí una última cosa. Algo que sabía que hacía mejor que nadie.
-No pienses ni juzgues –le dije-. Solo escucha. 

La autora volvió a sorprenderme con su historia profunda, evolutiva y realista. 

Me fue imposible no meterme de por lleno en la vida de Annabel y admito que al final me sentía orgullosa de su avance. 

Calificación...