Reseña de manga: InuYasha (tomo 9)

Título: InuYasha
Título original: Sengoku Otogizōshi InuYasha
Autora: Rumiko Takahashi
Tomo: 9 de 30 (Reseñas de los tomos anteriores)
Publicación: Mensual
Editorial: Panini Manga
Precio: $129.00
Género: Acción, aventura
Demografía: Shōnen

~Gracias a Panini por el manga.

¡Kagome logró herir gravemente a Naraku! No le queda más que huir, pero no se dará por vencido. Necesita tanto un cuerpo como la Shikon no Tama con desesperación y el método para lograr ambos objetivos involucra muchas muertes. Inuyasha entabla entonces feroz combate contra un yokai que podría convertirse en el cuerpo de Naraku.

Kikyo le entregó a Naraku los fragmentos de la Shikon no Tama que le arrebató a Kagome y es gracias a esto que ahora es capaz de dividir su cuerpo en fragmentos que dan vida a seres de extraordinaria fuerza. Pero aunque estos seres sean parte de él son seres con pensamientos y voluntad propia que desean no ser esclavos de Naraku.

Inuyasha ya ha descubierto la existencia de estos seres y se ha enfrentado a dos de ellos, pero con el tercero tendrá más problemas ya que este logro que nadie más había logrado hasta ahora, romper la Tessaiga.

...

En el tomo pasado conocimos a los "hijos" de Naruko. La primera fue Kagura, la mujer capaz de controlar el viento a su antojo. La segunda es Kanna, quién en apariencia es sólo una niña pero quién es capaz de controlar un pequeño espejo capaz de arrebatar las almas de los humanos y regresar cualquier golpe de cualquier arma. El tercero es Goshinki, un ogro capaz de leer la mente de cualquier persona y el poseedor de unos colmillos tan poderosos que logran romper la espada de Inuyasha. Y finalmente tenemos Juuroumaru y Kageroumaru, el primero en apariencia es un humano normal, excepto por la increíble fuerza que posee y el extraño líquito que expulsa por la boca y el segundo es un ser de lo más extraño que se alimenta de las entrañas de sus oponentes.

Con estos "hijos" Naruko sólo tiene en mente derrotar a Inuyasha pues como ya les he comentado en reseñas anteriores, la fuerza que posee Inuyasha cuando está con sus amigos desconcierta y hasta cierto punto lo aterroriza pues no es capaz de comprender el fuerte unido que presentan.

Pero estos hijos suyos no serían posibles sin la ayuda que Kikyo le dió, pues fue gracias a los fragmentos que ella le obsequió que fue capaz de obtener esta nueva habilidad. En este tomo Inuyasha se entera de esto y no duda ni dos segundos en encarar a la sacerdotisa pero está le dice que no lo hizo por ayudar a Naraku sino para derrotarlo y de verdad tengo mucha curiosidad por saber a qué se refiere.

Otro punto importante que destacar de este tomo es que la espada de Inuyasha se rompe gracias a Goshinki, pero no es algo definitivo pues el anciano Toutousai es capaz de repararla con un colmillo de Inuyasha. El verdadero problema radica en que la espada que recordemos fue hecha de un colmillo del padre yokai de Inuyasha, encerraba dentro de sí una especie de conjuro que mantenía sellada la sangre yoika del hanyo y cuando la espada de rompe el sello obviamente desaparece. Así que ahora la sangre de demonio que corre por sus venas toma más fuerza y cuando Inuyasha pierde el control se transforma en Yokai, algo verdaderamente malo pues cuando se transforma pierde su parte de raciocinio.

Es durante una de estas transformaciones que Inuyasha literalmente despedaza a Goshinki, algo bueno porque salvó la vida de Kagome y los demás pero Sesshomaru se aprovechó de esto y al ver que los dientes del ogro fueron capaz de romper la Tessaiga decidió forjar una espada con estos. Una espada que a primeras resultó ser maligna pero que en las manos de su hermano resultó ser demasiado poderosa.