Título: Saltaré las olas
Saga: Autoconclusivo
Autora: Elena Castillo
Editorial: Titania/Urano
*Gracias a Ediciones Urano por el libro*
Sinopsis:
Imogen necesita alejarse de la persona que ha roto su corazón y de una familia que piensa que no es capaz de cuidarse por sí sola, desea comenzar de cero. El problema es que no sabe cómo hacerlo porque se ha dado cuenta de que en verdad no se conoce a sí misma.
Por ello, su mejor amiga lo organizará todo para llevarla consigo hasta Irlanda, donde le espera su primer puesto de trabajo en una residencia clínica como enfermera y una habitación de alquiler en una preciosa cottage a los pies de los acantilados de Howth, que compartirá con un joven pescador.
Nadie en el pueblo esperaba que Liam regresara después de tanto tiempo, pero él también se sorprende cuando al llegar se encuentra con que su familia ha metido a una inquilina en su casa.
Mientras Imogen irá descubriéndose poco a poco con su “lista de nuevas experiencias”, su misterioso compañero de casa se volcará en ayudarla a conseguir todos sus retos, terminando por poner a prueba los sentimientos de su corazón.
Tres pacientes con mucho que aportar, un club de lectura con algo de magia y una amistad inquebrantable, enseñarán a Imogen que en la vida solo hay que saltar las olas.
Desde que tenía 15 años, Imoge ha estado en una relación amorosa que la absorbió por completo a tal grado de olvidarse de quien es pues ha pasado todo su tiempo tratando de ser alguien compatible para su pareja. Pero esa relación ahora ha llegado a su fin e Imoge no tiene ni idea de quien es o lo que quiere hacer. Su numerosa y amorosa familia no es de gran ayuda pues no dejan de sobreprotegerla en este momento cuando más espacio necesita, así que decide hacerle caso a su mejor amiga e irse a Irla donde un nuevo trabajo y una casita aislada en los riscos la esperan.
Al llegar a Irla se encuentra con que no estará tan sola como pensaba pues su arrendatario, un pescador solitario, está de regreso en el pueblo tras años de ausencia y junto a él descubrirá un mundo de primeras veces y segundas oportunidades donde los corazones rotos ayudan a sanar a otros.
La mejor forma de curar un corazón es rescatar a otro.
Si tuviera que describir este libro con una sola palabra sería: Precioso. Y es que la historia que Elena Castillo nos narra aunque muy sencilla, es una historia llena de sentimientos que va a llegar a cualquier lector.
Gran parte de ese acercamiento se debe a sus dos protagonistas. Primero tenemos a Imoge quien al principio no es más que una mujer asustada llena de inseguridades que tras el pasar de las hojas se va abriendo para mostrarnos a una mujer madura llena de amor con un inmenso deseo por ayudar a los demás. Ver la evolución de Imoge sin duda ha sido lo mejor del libro pues la autora nos demuestra que sin importar lo doloroso que sea siempre va haber algo mejor esperando a que nos decidamos a dar el paso.
Liam por su lado es un personaje mucho más torturado y cuesta un poquito más llegar a él, pero cuando al final conocemos toda su historia es simplemente imposible sentir empatía por él. Me ha gustado mucho la forma en que la autora nos ha presentado a este personaje roto que al igual que Imoge nos deja con un buen sentimiento.
Ahora, la historia de amor entre ambos no es precisamente original ni inesperada pues desde el comienzo es obvio TODO lo que va a pasar entre ellos, pero pese a lo cliché de la situación la historia de amor es tan linda y cálida que uno simplemente no puede dejar de desfrutar de ellos.
Porque vivir es como nadar en el mar. La gente puede darte la mano y mantenerte a flote, que parezca que no te hundes, pero con el tiempo te conviertes en un lastre demasiado pesado y si te sueltan, si tú no mueves los pies y nadas, te ahogas.
Otro gran punto a favor del libro son sus personajes secundarios, en concreto les tengo que hablar de Owen, un anciano que vive en la residencia donde Imoge trabaja quien tiene una trágica historia de amor que contar, una historia de amor que estuvo a punto de sacarme la lagrimita.
También está Rosie, una adolescente con problemas alimenticios que también tiene mucho que decir pues al igual que todos los que viven en la residencian son personajes rotos que nos permitirán ver su lucha diaria y sus segundas oportunidades que les permitirá regresar a la vida.
Ya te lo dije una vez, la vida es un lienzo sobre el que pintar. Tú decides con qué pinturas y qué quieres plasmar. La vida puede empezar una y otra vez, incluso hoy, aunque duela.
En resumen, pese a su historia sencilla y un tanto predecible, Saltaré las olas es una lectura llena de sentimientos que trasmite calidez en cada página.
Hola, hola. Muchas gracias por la reseña, la verdad el romance en los libros no es lo mío pero por lo que dices de la calidez que transmite, se me antoja para leerlo con una dona y un chocolate caliente xD
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