Después de la quinta ola... (Reseña)

Título: El mar infinito

Saga: La quinta ola (2/3)
Reseña libro uno: La quinta ola

Autor: Rick Yancey

Editorial: Molino/Océano

*Gracias a Editorial Océano por el libro*

Sinopsis:

En este libro volvemos a encontrarnos con Cassie, a quien vimos sobrevivir a las primeras cuatro “olas” que ocurrieron durante la invasión extraterrestre a la Tierra. Primero fue un apagón generalizado en todo el planeta, después el caos resultante, más tarde una plaga que acabó con la mayor parte de la población mundial y, finalmente, un grupo de asesinos llamados Silenciadores que se dedican a cazar a los sobrevivientes. Ahora está ocurriendo el golpe final: el exterminio definitivo de la raza humana. Sin embargo, Cassie no está dispuesta a dejarse vencer y para ello cuenta con insólitos aliados que le permitirán darle un dramático giro a los acontecimientos.

Ya saben que ame intensamente “La quinta ola” y que sufrí como adolescente en la rosa de Guadalupe por aquel final tan horrible que el autor nos entregó. Realmente necesitaba este libro con una urgencia un tanto vergonzosa. 

Esa urgencia que sentía me hizo tener muy altas expectativas sobre este libro y aunque el libro no me pareció malo, si siento que esta algo flojo en comparación a su antecesor. 

El león se agazapa entre la alta hierba. La gacela olisquea el aire. La terrible quietud antes del ataque. Por primera vez en diez milenios, volvíamos a experimentar lo que era ser una presa.

En la reseña del primer libro les dije que tenía muchas, muchas ganas por saber más de Hacha y el autor no me defraudo en eso, pues en este libro Cassie y Hacha son las meras buenas. 

Ya sabía yo que Hacha iba a ser un gran personaje y en eso no me equivoque pues la chica resulta ser más dura y decidida que Cassie. De hecho son polos totalmente opuestos, lo cual me pareció perfecto pues así sentí que la historia estaba mejor equilibrada. 

Pero así como el autor destaco a Hacha, esta vez se olvidó totalmente de Zombi y dejo un poco rezagado a Evan. 

Zombie fue uno de mis personajes favoritos en el primer libro y esperaba que este segundo siguiera evolucionando. pero el tipo se queda estancado y admito que me sacó quicio en un par de ocasiones. De verdad espero que el autor retome a este personaje y no lo deje ahí tirado. 

Por su parte Evan también se queda un poquito atrás. Tenemos unos pocos capítulos contados desde su punto de vista y al igual que en “La quinta ola”, esos capítulos me encantaron. 

Gracias a él podemos ver un poquito de los planes que los invasores tienen para la tierra y conocemos más del inicio de estos planes. Pero aunque ir descubriendo esto me encanto, siento que Evan está un poco estancado. 

De verdad deseo con todo mi corazón negro que la “genialidad” de Evan regrese. 

Y la promesa fue como un veredicto, la puerta de una celda al cerrarse, una piedra alrededor del cuello con la que cargaría hasta hundirme en el fondo de un mar infinito. 

El inicio del libro es bastante lento y un tanto tedioso. No sé, yo esperaba que después de ese impactante final de la quinta ola, el autor siguiera con el mismo ritmo, pero la cosa recayó y tarda su tiempito en volver al ruedo. 

Pero a pesar de su inicio lento, el libro me ha gustado bastante y es que esta vez sabemos mucho más de los “otros” y no solo porque Evan nos revelará más cosas, sino que atreves de los ojos de Hacha iremos descubriendo sus secretos. Y créanme cuando les digo que hay muchos secretos. Cuando yo pensaba que ya tenía una idea de algo, ¡boom!, la cosa cambiaba y nos contaban algo más que me hacía replantearme todo de nuevo. 

No hay esperanza sin fe, no hay fe sin esperanza, no hay amor sin confianza, no hay confianza sin amor. Si se elimina una de esas cosas, se derrumba por completo el castillo de naipes humano. 

Y antes de terminar esta reseña, tengo que hablarles de un chico (no diré su nombre porque es un mega spoiler) que por primera vez en la vida demostrará un valor increíble que me dejo un gran sabor de boca. 

Y sip, ahora sufro de nuevo porque no tengo la tercera parte ya en mis manos.